sábado, 9 de enero de 2010

Andrés Camina Por El Lado Salvaje.


Todas las cosas que podía ver
con sus ojos rojos, inyectados de sangre,
se le presentaron como revelaciones
en la noche fría del tercer día.


Andrés caminaba por las calles húmedas y oscuras de esta urbe asesina.
Los pies cansados y la mente vagando por campos comunicantes.
Era la epifanía de una muerte tanto tiempo esperada.


Las cicatrices de sus brazos comenzaron a dolerle,
como una premonición,
pero el estado en el que se encontraba,
no lo dejó darse cuenta de esto,
sólo las luces de las calles y ciertos hombres y mujeres sentados en las aceras,
tenían un aspecto diferente,
como si la sola vista de su ojo,
los dejase existir en ese momento.


En el ocaso del tiempo,
Andrés caminó por la costa imaginando
que venían unos hombres vestidos de negro,
sólo para castigar su cuerpo
por todas las afrentas que eran capaces de hacer sus manos de niño.


Pero estas divagaciones no lo dejaron ver
que el mar había comenzado ya,
su juego de muerte y masacre
y antes de poder notarlo,
Andrés estaba en medio del agua
olviendo a su estado original.
Antes de darse cuenta,
antes de poder tener su ultimo pensamiento,
este hombre estaba ya muerto,
no existía,
ni siquiera en la mente de los olvidados
que lo vieron caminar feliz y sonriendo
por las calles húmedas de esta ciudad maldita.