lunes, 8 de noviembre de 2010

There Are No Wolves


para irem

No había lobos,

Caminamos hacia la autopista y volvimos,

Pisamos la noche,

Nos robaron las almas,

Ellos dos se fueron y en el camino lloramos.

No conseguimos lobos, ni luciérnagas, ni tigres.

No conseguimos nada, solo la noche y algunos perros.

Aun queriendo verlos, no habríamos podido soportarlo,

Ellos miran a la luna y nosotros al sol.

Tuvimos dedos de cigarros,

Dormimos doscientos años,

Crecer fue una opción.

La carretera estaba oscura, la música cerrada.

A la media noche me moví un poco,

Los lobos llegaron y aullaron hasta el amanecer.

jueves, 20 de mayo de 2010

La Lettre 2


Para: *.*.
Asunto: A donde vas tan apurado que la muerte no te alcanza?

So let the sun shine
Let it come
To show us that tomorrow is eventual
We know it when the day is done
The Lucky One, Au Revoir Simone

Me imaginé que te sentías mal, que tal vez necesitabas un amigo, así que me hice al centro a buscarte, hice el recorrido habitual, caminé tanto, pero no te conseguí, luego pensé buscarte en las plazas, pero recordé que no te gustan las plazas, porque sientes que podrían explotar de un momento a otro, así que las descarté. Seguí buscándote donde no estabas, mientras tanto pensaba en mis tragedias personales, también necesitaba a alguien, pero no había nadie, supuse que las cosas mejorarían si te conseguía, de esa manera encontrarte se me hizo necesario, ya no solo por ti, sino por los dos. También pensé en eso del destino, pensé en Miguel y nuestras primeras conversaciones, en cuando me dijo que nuestro encuentro era obra del “destino”, así, entre comillas, que sentía una “conexión”, también entre comillas, pensé en las madrugadas en las que no dormimos por estar hablando, de la maravilla que había sido encontrarnos, también pensé en que hacía mas de una semana que no nos escribíamos y que la última vez que nos vimos nos despedimos en un lugar muy triste, pensé en Amèlie y en The Velvet Underground &Nico -claro que te preguntarás por qué pensé en eso, es algo que no sabes, pero él seguro lo entendería si leyera esta carta. Me di cuenta de que en un mundo bien hecho, mi búsqueda habría de tener éxito, que nos encontraríamos y podríamos salvarnos, pero conocemos tantas historias de mundos mal hechos, fue en ese momento cuando comencé a preocuparme, dónde estabas? Ya no pensaba en ti sino en mi, siempre fui egoísta.

Una cuadra antes de la biblioteca te vi y lo que vino a mi cabeza fue que en una tarde húmeda y calurosa como esa deberías tener mucho calor con ese sweater, comencé a seguirte, pero caminabas rápido, se me ocurrió gritarte, pero sabes que no grito, caminé mas rápido y te alcancé, no te sorprendiste, caminamos uno al lado del otro y como una Epifanía vino mi momento de brillantez, te pregunté: ‘A dónde vas tan apurado que la muerte no te alcanza?’, me respondiste de una manera sabia pero amarga: ‘No me alcanza porque la cargo encima’, fue suficiente respuesta como para mil preguntas, por eso no las hice.

Al final el día pareció mejorar, por lo menos lo hizo para mi, no se como terminó el tuyo, lo cierto es que pudimos sobrevivir a otro, cuántas personas crees que lo hagan? Y qué pasará con los que no? A dónde irán? Hay muchas cosas que no entiendo, como eso del “Destino” entre comillas, como los mariachis en un día de las madres o creer en Dios siendo adulto, pero como dice la canción, solo sabemos que el mañana es eventual cuando el día se termina, supongo que entonces nos tocará vivir para saber si al final valía la pena hacerlo.

Buenas noches.

T.
http://www.youtube.com/watch?v=PGznqzUlRBI

sábado, 9 de enero de 2010

Andrés Camina Por El Lado Salvaje.


Todas las cosas que podía ver
con sus ojos rojos, inyectados de sangre,
se le presentaron como revelaciones
en la noche fría del tercer día.


Andrés caminaba por las calles húmedas y oscuras de esta urbe asesina.
Los pies cansados y la mente vagando por campos comunicantes.
Era la epifanía de una muerte tanto tiempo esperada.


Las cicatrices de sus brazos comenzaron a dolerle,
como una premonición,
pero el estado en el que se encontraba,
no lo dejó darse cuenta de esto,
sólo las luces de las calles y ciertos hombres y mujeres sentados en las aceras,
tenían un aspecto diferente,
como si la sola vista de su ojo,
los dejase existir en ese momento.


En el ocaso del tiempo,
Andrés caminó por la costa imaginando
que venían unos hombres vestidos de negro,
sólo para castigar su cuerpo
por todas las afrentas que eran capaces de hacer sus manos de niño.


Pero estas divagaciones no lo dejaron ver
que el mar había comenzado ya,
su juego de muerte y masacre
y antes de poder notarlo,
Andrés estaba en medio del agua
olviendo a su estado original.
Antes de darse cuenta,
antes de poder tener su ultimo pensamiento,
este hombre estaba ya muerto,
no existía,
ni siquiera en la mente de los olvidados
que lo vieron caminar feliz y sonriendo
por las calles húmedas de esta ciudad maldita.

domingo, 9 de agosto de 2009

La Lettre 1


Para: ****
Asunto: “Brown Sugar”
¿Recuerdas la fiesta que diste y que me perdí? Hay días en los que me arrepiento de no haber ido, sobre todo cuando Valentina me hace recuentos de lo que pasó esa noche, de los desvaríos de Jorge entre el azúcar morena, anfetas y fairytales. Claro, que como no uso drogas eso es lo menos importante, lo que realmente me hace odiar el haberme quedado en mi cuarto escuchando el “We are all writers” de Julian Nation (19 minutos que repetí toda la noche), es que no pude ver como sacaste a ese tipo pesado con el que salías, lo odiaba tanto que hubiese podido matarlo, sabes que nadie lo extrañaría, habría sido como un premio después de ver como te golpeó en aquella otra fiesta desdichada.

Sí, lamento haberme perdido tu fiesta, pero no lamento lo que le hiciste a ese idiota.

Esto no es tanto como una carta, mas bien una nota de disculpa y felicitación por tu comportamiento heroico (no hagas caso de toda la basura que hablo, sabes que a veces me mudo al siglo XVII), lo que realmente quiero decirte lo haré después, en persona y cuando decidas perdonarme. Por ahora es todo, ya ves que han pasado tres meses y he logrado sobrevivir, un abrazo y adiós.

L

P.D. Ah, recuerda no usar los zapatos verdes cuando llueva y recuerda que el ácido marrón no es bueno.

She’s Lost Control...




Dedicado a J.G. por contarme la historia y a Ian, que a veces perdía el control.


Concentrado en esa luz que se ve debajo de las escaleras eléctricas del metro, camino.Voy acompañado, pero me siento solo.

Escucho un ruido sobre mi cabeza, alguien se cayó en las escaleras.

Me acerco y la veo, tirada en el piso, una rosa de piedra, pateando y gimiendo, creo que sonríe. Recuerdo una canción: “Confusión en sus ojos que lo dice todo, ella ha perdido el control”
La gente se acerca y todos ven, pero nadie ayuda.

Y yo no puedo dejar de pensar, she’s lost control.

Francis se acerca, la toma de la mano, en el piso. (“y se voltea hacia mi y me toma de la mano y dice, perdí el control otra vez”), parece avergonzada, si tuviese un espejo, no se vería.

Una mujer pregunta si se ha hecho daño, casi afirmándolo, esperando que le diga que sí, lo único que puedo decir es: she’s lost control. Por supuesto no comprende y vuelve a preguntar.

A los que están con ella no parece importarle y la ven como si nunca fuesen a entender o saber porque ella dice que ha perdido el control otra vez.

Y veo en sus ojos, en su cara, su pelo derramado en el suelo y recuerdo esa parte de la canción que dice: “pero ella se expresa por si misma de muchas formas, hasta que pierde el control”, realmente creo que es así.

Poco a poco, ya no tiembla ni patea, ya no cree que va a morir, la ayudan a levantarse y camina, lenta, tomada del brazo de un hombre, la gente sigue hacia el metro, ella se aleja.

Regreso a las escaleras y veo esa luz azul que está debajo de ellas y pienso, como en la canción, que “podría vivir un poco mejor con mentiras permisibles, podría vivir un poco en una línea más ancha, cuando el cambio se haya ido, cuando la valentía se haya ido” y aun así perder el control.

jueves, 2 de julio de 2009

The Boy at a Fancy Dress



Lo vi por primera vez en una fiesta, en la parte donde suelen colocarse los hombres que comparten secretos, no parecía infeliz, distante si, pero no infeliz.
Me gustó la forma como vestía, un traje de pana verde oliva y unos lentes negros de pasta, cualquiera lo hubiese tomado por un intelectual falso, pero yo sabia que era más que eso.
Me dijeron que vivía de su cuerpo y me pareció tan sórdida la historia que no quise oírla, preferí imaginármelo de otra forma, o de la manera correcta, un muchacho que escribía poemas divertidos y usaba un traje extravagante. ¿un disfraz?;por supuesto. Aunque ya no importa, hace mucho que dejé de verlo; y hace mucho que dejó de escribir esos poemas graciosos.

Paper Cut


Jorge cuidaba la iglesia los días de semana.
Los lunes, cuando el padre ya se había ido y las últimas señoras del pueblo dejaban el altar solo, él subía al campanario y escribía canciones, decía que se las enviaba dios, cada letra escrita era una experiencia mística, eso decía él, o por lo menos así debía ser.
Jorge no era viejo, era casi un niño, pero era sabio y cuando sonreía su rostro se iluminaba.

Pero había algo que no le gustaba a Jorge, la biblia. No le gustaba leerla porque decía que el borde dorado del papel le cortaba los dedos.